Hace un año presentaba en este blog la adquisición de una bicicleta clásica de las denominadas «de frenos de varilla» en un estado bastante desastroso pero completamente entera, que era lo que me importaba. Su restauración daba inicio en abril, durante la Semana Santa del 2012. Y aunque también le dediqué una entrada con idea de ir colgando periódicamente sus evoluciones, la falta de constancia en los trabajos hizo que no solo se retrasara su finalización si no que en su fase final se me hizo imposible ponerla a prueba debido a la mala climatología reinante durante estos últimos meses… Para hacerse una idea, esta bici estaba completada desde hace tres semanas hasta que ayer por fin tuve la oportunidad de poder sacarla y testarla en condiciones.
Durante todo este tiempo he aprendido mucho sobre este mundillo desconocido para mi, el de las bicicletas clásicas y gracias al foro cicloclasica.com el proyecto pudo completarse satisfactoriamente pues muchas fueron las dificultades con las que me encontré.
Así que aunque aún le faltan detalles menores sin importancia creo que ya es el momento de presentar mi «nueva» G.A.C.. Sinceramente se desconoce la fecha exacta de fabricación pero es factible que se trate de un modelo de los ’40’s o 50’s por lo comentado en el foro de expertos.
Este fue el momento tras la adquisición en el rastro de Gijón (creo que fue la primera vez que tuve que hacer uso del arte del regateo) el 25 de Marzo del 2012
y ya aprovechando el descanso de Semana Santa, a principios de Abril comenzó el desmontaje con el fin de recuperar el esplendor perdido.
No fue muy difícil esa labor, que me llevó, con ayuda, una par de horas pero constaté que había mucho trabajo por delante.
Un baño de ácido oxálico durante 48 h. para atacar el óxido rebelde
Luego tocaría limpiar las piezas, desmontar los elementos más menudos y clasificarlos. Un ejemplo fue el sillín, que tras múltiples fundas se ocultaba un auténtico desastre.
Luego me enteré que se trataba de un Rafel Winner pero ya sabía que era algo especial por sus peculiares características. Así que opté por reconstruirlo.
Del tapizado se encargó un profesional muy reconocido (Jorge) aunque se empleó polipiel y un diseño ajeno al original inspirado en la de las motocicletas de la época.
La mayor parte del presupuesto fue invertido en cromar las piezas, pero el cambio experimentado es realmente espectacular.
El cuadro había sido transformado a formato «señora», con la barra central soldada en diagonal de manera muy chapucera. Decidí recuperar la forma original por lo que fue cortada y gracias a un compañero que domina la técnica de la soldadura TIG fue posible respetando la forma de los racores sin rastro de cordón.
Aquí puede verse el antes y el después
De la pintura también se encargó otro compañero durante su tiempo libre. El tono escogido fue tomado del catálogo Volkswagen de los 70’s, del Escarabajo 1303 (Marina Blue) que a pesar de lo que muchos pueden opinar, no es el mismo que el de mi coche 😉
Empezaba la segunda etapa, la del montaje lo que llevó ciertas dificultades. Bolas de rodamientos se pusieron nuevos tanto en pedales como eje pedalier y dirección.
Ciertos elementos de tornillería tuvieron que ser reconstruídos con un poco de ingenio
Por suerte algunos recambios siguen disponibles, como las zapatas adquiridas en un negocio local de bicicletas vintage (ciclos Esplendor) o las llantas de Flying Pigeon. Éstas últimas decidí ponerlas nuevas pues su recuperación hubiera supuesto demasiado desembolso
Buscando por internet encontré un conjunto de faro y piloto de la marca Rinder de época ¡nuevos a estrenar en su caja! y a buen precio (en la Vintageria).
Y por parte de mi novia recibí como regalo los puños y maletín en piel a juego.
Lo que más quebraderos de cabeza me dio fueron los frenos. Ajustarlos lleva su tiempo hasta dar con la tensión justa. La primera vez que salí a rodar constaté que la capacidad de retención era prácticamente nula así que me vi obligado a posponer su estreno para más adelante.
Por desgracia, las lluvias contínuas me obligaron a tener la bici en dique seco durante semanas. Ayer aprovechando una tregua salí a probarla y fue tan satisfactorio que decidí dar mi primer paseo a pie de playa. Toda una experiencia que ya tengo ganas de repetir.
El la foto carece del faro pues decidí quitárselo para evitar dañarlo durante el transporte en el ascensor pero una vez cogido el truco la próxima ya irá con él instalado. Aún le faltan algunos detalles pues esos neumáticos que equipa ahora son unos chinos que me llegaron junto con las llantas que no son precisamente de buena calidad y serán sustituidos por unos Michelin de banda blanca. También me falta dar con una dinamo Rinder y un catadióptrico trasero. Para cuando esté a mi gusto del todo haré un reportaje fotográfico en condiciones.
Enhorabuena por la restauración, ha sido integra y completísima, se el trabajo que lleva detrás, nunca dejaré de llorar recordando el día que vendí mi bicicleta restaurada de barillas. Gracias por nombrarme en tu restauración. Espero poder dedicarme a mi próximo proyecto una bicicleta Gimson con motor mosquito, ambos de producción nacional.
Un saludo.
La Vintageria
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