Hoy vamos a tratar de un producto muy práctico para aquellos que quieran restaurar una pieza metálica oxidada: el ácido oxálico es un ácido bastante fuerte y aunque tiene múltiples usos, aquí nos interesa sus propiedades como potente limpiador metálico. Una de sus principales ventajas es que no ataca ni al cromo ni a la pintura.
¿Donde encontrarlo? yo lo suelo adquirir en una vetusta (y entrañable) droguería de mi ciudad, donde sirven este producto a granel (5 €/kg)
Se presenta en polvo (sales)
Como ejemplo de su uso vamos a tratar una pieza del tapón de la Mobylette que estamos resturando
Primero disolvemos las sales en agua, en una proporción de una o dos cucharadas por litro. Aquí y por tratarse de una pieza pequeña, empleamos una cucharada abundante disuelta en medio litro. El recipiente puede ser de plástico ya que el ácido no lo atacará…
Dejamos reposar unas 48 horas. Durante ese tiempo, el líquido empezará a tomar un tono verdoso, lo que significa que el ácido está cumpliendo con su labor.
Tras esas 48 horas, sacamos la pieza y enjuagamos con agua. No hace falta ni frotar, ya no queda resto de óxido.
Un resultado soprendente y sin nada de esfuerzo