Tal como avanzábamos en la anterior entrada, en Urueña nos fuimos a la cama con serias dudas sobre la continuación de nuestro periplo por tierras castellanas. Los informativos avisaban del riesgo de lluvias, con imágenes de localidades del sur de Madrid inundadas y predicciones de que las tormentas tomaran rumbo norte. La agencia estatal de meterología fijaba alerta amarilla sobre las comunidades de Segovia y Valladolid. No era para tomárselo a broma; DANA (Depresión Aislada A Niveles Altos), también conocida como Gota Fría, llevaba causando estragos durante días, llevándose por delante la vida de 6 personas, más de 4.000 evacuados y millonarias pérdidas en el levante y sureste español… Y así es como a partir de la media noche empezó a llover sobre Urueña y a primera hora del amanecer, truenos y relámpagos nos despertaron. Tanto el alcalde como la cuenta oficial del Ayuntamiento recogían estos momentos en su Instagram:
Barajamos nuestra vuelta a casa. No era cuestión de jugársela y menos al volante de un coche con una seguridad activa (y pasiva) tan limitada. Durante el desayuno en el hotel Pozolico vimos que la lluvia cesaba, la situación se calmaba y al fin y al cabo, la alerta «sólo» era amarilla. Así pues, arrancábamos rumbo a Segovia, por carretera nacional por si en algún momento debíamos desviarnos para resguardarnos de un posible aguacero. Como contra, anulamos ciertas paradas planeadas, como la visita a Wamba y San Cebrián. Sin embargo durante los más de 150 km de viaje no vimos ni una gota de lluvia, aunque siempre bajo un amenazante cielo gris, y llegado el momento incluso me relajé disfrutando del suave trazado y atravesar los encantadores pueblecitos que se nos presentaron a lo largo de la ruta….
Y así llegamos a Segovia con su majestuoso acueducto romano.
Se puede decir que el Acueducto de Segovia es uno de los grandes símbolos de España y uno de los monumentos más visitados del país: más de 800.000 turistas se acercan a contemplarlo a lo largo del año.
Erigido en el siglo II , en la Plaza del Azoguejo alcanza los 26 metros de altura. Sorprende que sus bloques de granito estén asentados sin argamasa.
La Loba Capitolina, Luperca con Rómulo y Remo en realidad es una réplica colocada en 1974 como regalo de Roma durante la celebración del Bimilenario del Acueducto.
Uno de los locales más célebres de Segovia es El Mesón de Cándido. Su especialidad es el cochinillo asado , servido de una manera peculiar al ser troceado con un plato de cerámica. Fue popularizado por el cocinero Cándido López (1903-1992) que heredó este mesón de 1786, conocido hasta entonces como «Mesón del Azoguejo» en 1931. Durante el franquismo alcanzó una fama inusitada, siendo habitual en los informativos de la época junto con estrellas de Hollywood que hasta allí se acercaban para probar su cochinillo . Ya en plena democracia, su figura oronda y la pintoresca esceneografía a la hora de arrojar al suelo los platos usados durante el ritual de trinchado fueron de esas escenas que marcaron mi infancia. Y sin embargo, en la actualidad pocos son los segovianos que recomiendan este local…
En la siguiente entrada hablaré de nuestra expeiencia con el cochinillo segoviano, pero primero sigamos con este primer día de visita.
Casa de los Picos… por razones obvias. Fachada con 618 picos piramidales en granito, contruida en en siglo XV
Desconozco fecha de esta inscripción
Este tipo de decoración es típica de Segovia: el esgrafiado de origen mudéjar al que se le añaden trozos de escoria de hierro.
Antigua Sinagoga Mayor del Barrio Judío, desde 1410 Iglesia del Corpus Christi
Catedral de Nuestra Señora de La Asunción y San Frutos. Gótico tardío (s. XVI)
La Plaza Mayor es punto de encuentro e ideal para picar algo de cara a reponer fuerzas o tomarse un refrigerio para continuar con la visita.
El escritor sevillano Antonio Machado tiene estatua en honor por su estancia en la ciudad en 1919 . No podía falta su célebre obra «Campos de Castilla» en su mano…
Juan Bravo (1483-1521), héroe de la Guerra de los Comuneros
Iglesia de San Martín (s.XII) de origen mozárabe y estilo románico
Y como esto originalmente es un blog de automóviles… el avistamiento del día que mi cámara pudo captar fue este magnífico Volkswagen Golf MK1 de 1979 a los pies del Acueducto.
Después de estar todo el día andando arriba y abajo, maravillados por los que Segovia nos ofrecía, tocaba descansar en el Hotel Eurostars Plaza Acueducto para recuperarnos y seguir con la visita al día siguiente con más fuerzas. Lo mejor… sus vistas ¿hace falta decir más?
En el próximo post continuaremos con la crónica de nuestro segundo día en Segovia: Alcázar y gastronomía.